Desarrollan un ojo biónico eficaz

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El dispositivo consiste en una cámara de vídeo en miniatura insertada en unas gafas que lleva el paciente y que envía las imágenes a una pequeña unidad de procesamiento de vídeo computarizado que puede ser guardada en un bolsillo. Esta unidad transforma la imagen en señales eléctricas que se envían de forma inalámbrica a un dispositivo implantado en la retina y que envía al cerebro y este las transforma en imágenes.

Sin embargo, no se conocía el impacto que el aparato podía tener en los pacientes a largo plazo. Los resultados de un estudio publicado en la revista Ophthalmology –la revista de la Academia Americana de Oftalmología– demuestran que Argus II es seguro y eficaz a largo plazo.

La retinosis pigmentaria es una enfermedad ocular rara e incurable, que causa la pérdida de la visión progresiva hasta la ceguera, y que afecta a uno de cada 4.000 estadounidenses. El dispositivo Argus II es un implante diseñado para mejorar la calidad de vida de los pacientes que sufren esta enfermedad cuando han perdido toda la visión.

La investigación se llevó a cabo con 30 personas de entre 28 y 77 años en los EE UU y Europa. Según el estudio, todos los participantes se encontraban en una fase de retinosis en la que habían perdido casi la totalidad de la visión.

Los resultados del estudio mostraron que el 89% de los sujetos mejoraron su función visual con Argus II.

La FDA encargó a un grupo de científicos independientes un test de evaluación de la visión reducida, (FLORA, por sus siglas en inglés), en el que los pacientes se sometían a pruebas de identificación y seguimiento de líneas en el suelo u objetos cotidianos, además de entrevistas sobre su experiencia con Argus II.

Los resultados de FLORA mostraron que el 89% de los sujetos mejoraron su función visual con el dispositivo. Además, el 80% de estos, en las entrevistas posteriores indicaron que habían mejorado su calidad de vida sin efectos adversos.

A lo largo de los tres años posteriores a la implantación de Argus II solo 11 pacientes experimentaron algún acontecimiento negativo grave. La mayoría de estos sucedieron tras la implantación y fueron solucionados con éxito a excepción de un solo caso en el que se tuvo que retirar el implante.

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