La tecnología y películas como ‘Ouija’ mezcla perfecta para despertar el interés por los fenómenos paranormales

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Esta Navidad ha llegado a la gran pantalla Ouija, una producción americana basada en uno de los clásicos de terror sobre este juego de mesa. El argumento es algo previsible: unos adolescentes se reúnen para contactar con el más allá y son perseguidos por espantosos seres malignos. La película se colocó como la más vista en Estados Unidos el primer fin de semana en la cartelera. Sin embargo, los fenómenos paranormales no son tan frecuentes como se pudiera pensar y la mayoría tienen explicaciones científicas. La propia Sociedad Española de Investigaciones Parapsicológicas (SEIP ) considera que solo dos de cada cien episodios pueden corresponder a supuestas experiencias trascendentes, es decir, no obedecen ni a ciencia ni a paraciencia”, explica Pedro Amorós, presidente de la entidad, que destaca el interés al alza de la sociedad en estos fenómenos y la enorme evolución tecnológica de las investigaciones.
“Nosotros aplicamos el principio de que no existe defecto sin causa, por lo que la causa debe estar en otra dimensión”, explica Amorós. El presidente de la SEIP destaca que tras más de dos décadas de la asociación –participaron en investigaciones del fenómeno de las caras de Bélmez– ahora dedican más tiempo “a fenómenos paranormales de tipo fronterizo: los que salen de términos razonables como las casas encantadas”.
Escepticismo predominante
De entre los datos, destaca que el 90% de los casos investigados por la SEIP –entre 500 y 600 cada año- tienen una explicación científica o física. Es decir, que pueden ser producidos por la confluencia de campos electromagnéticos, corrientes eléctricas o aguas subterráneas profundas en el mismo lugar donde se dan los supuestos fenómenos extraños.
El resto del 8% de investigaciones corresponden a supuestos fenómenos psíquicos “relacionados con la mente y los estados alterados de conciencia”, apunta Amorós. Serían posibles episodios de lo que conocemos como telequinesis, relacionado con personas sensitivas y “con el lóbulo temporal derecho, que permite captar sensaciones de presencias o cosas. Pero de ahí a demostrar que las haya, es un abismo”, afirma José Miquel Gaona, psiquiatra y doctor en medicina por la Universidad Complutense de Madrid y especialista en psiquiatría forense.
El poder de la mente
“Hay que estudiar los fenómenos desde la óptica científica y con gran apertura mental y desarrollar mecanismos para estudiar estos fenómenos”, añade el doctor Gaona. Este científico pertenece a un grupo de investigación internacional (TAR) que estudia la influencia de la mente sobre la materia a un nivel cuántico. Para ello usan un generador de números randomizados llamado Psyleron que mide cómo las emociones producen alteraciones neuroquímicas en el cerebro y esto se traduce en alteraciones físicas del entorno.
Las famosas psicofonías podrían tener su origen en este punto. “Estas alteraciones físicas justifican que puedas recuperar las señales en un futuro porque el espacio queda marcado y bajo ciertas circunstancias lo puedes recuperar”, explica Gaona. “Son del pasado. Lo que no es factible es empezar a establecer un diálogo con esas voces”, asegura. Además “algunos parapsicólogos siguen anclados en técnicas del siglo pasado, como ir captando con una grabadora una psicofonía”, concluye.
Más tecnología, más interés social
La tecnología también condiciona la supuesta existencia del más allá. “Dónde antes teníamos que mostrar una prueba, ahora tenemos que explicar dónde, cómo y quién la ha obtenido”, relata Pedro Amorós. La sociedad es más exigente con estos temas y pide más datos pero también “ha elevado un punto su creencia en los fenómenos paranormales”, asegura. A parte de las psicofonías, algunos de los sucesos más habituales son las apariciones fantasmales, los poltergeist, la parasismogénesis, la aparición de objetos y las formaciones etéreas.
La evolución tecnológica también ha ayudado a tener “más conocimiento de los fenómenos porque ha disminuido el precio de los dispositivos”, afirma Amorós. Los artilugios usados en una investigación de fenómenos paranormales van desde circuitos cerrados de televisión a sensores de temperatura y movimiento, como se muestra en el vídeo que acompaña esta noticia que acaba con el descubrimiento de una supuesta psicofonía en una investigación desarrollada por la Sociedad Fenómenos Paranormales de Girona.

 

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