Anuncian el cierre del estudio de videojuegos español ‘Lince Works’

La firma ha desarrollado los juegos Aragami y despedirá la totalidad de la plantilla, formada por 15 personas.
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El estudio de videojuegos español Lince Works, responsable de la franquicia Aragami, ha anunciado su cierre como consecuencia del contexto económico de los dos últimos años, dejando proyectos en desarrollo sin terminar.

Lince Works, con sede en Barcelona, es el responsable de Aragami (2016) y Aragami 2 (2021), una franquicia deacción y aventura basada en mecánicas de tipo sigilo en tercera persona, en la que jugador se pone en la piel de un asesino con el poder de controlar las sombras.

El estudio ha anunciado este martes su cierre tras nueve años de trabajo, aunque ha confirmado que mantendrá los dos juegos de Aragami en las plataformas donde están disponibles, incluido el modo de juego ‘online’ cooperativo.

Sin embargo, como han explicado a través de las redes sociales, dejarán de trabajar en nuevos proyectos “de forma indefinia a partir de abril“, como consecuencia del contexto económico de los dos últimos años, que han sido “especialmente difíciles”.

El estudio ha lamentado que todo el trabajo que ha realizado en el último año “no llegará finalmente a buen puerto”; incluía dos nuevas IP en desarrollo y los planes de dar un nuevo rumbo a la empresa.

“Nos hemos visto abocados a cerrar el estudio porque uno de nuestros editores ha decidido paralizar un gran proyecto que en un inicio estaba dispuesto a financiar. A causa de la coyuntura desfavorable, resulta que se ha echado para atrás. El motivo no es otro que la cautela de los inversores de la industria tecnológica que se ha impuesto a nivel global después de años de crecimiento desenfrenado. Ahora vemos que esta tendencia también se ha trasladado al sector del videojuego”, lamenta David León, cofundador del negocio junto a Eduard Soler y Álvaro Muñoz.

Lince Works ha decidido paralizar por completo su actividad. Sin embargo, no prevé disolver la sociedad. “Legalmente, no vamos a cerrar la empresa porque tenemos que seguir pagando los royalties a las empresas editoras que cofinanciaron el desarrollo de otros videojuegos”. León asegura que Lince Works aún dispone de dinero en la caja y que seguirá recibiendo ingresos por los videojuegos que todavía se encuentran disponibles en videoconsolas y ordenadores.

Según los últimos datos disponibles en el Registro Mercantil, la compañía facturó unos 380,000 euros en el ejercicio del año 2020. “La situación empezó a empeorar en el 2021 a causa de una caída de las ventas porque el último videojuego que desarrollamos no tuvo el éxito que esperábamos”, reconoce el fundador, que no comparte la cifra del pasivo, aunque asegura que en los últimos tres meses la compañía ha registrado pérdidas de medio millón de euros.

Aunque ahora la situación del negocio no es viable, León no descarta desarrollar nuevos videojuegos en el futuro. Lince Works forma parte del colectivo de pequeños y medianos estudios de videojuegos barceloneses que conviven con las grandes multinacionales implantadas en la ciudad.

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