Ciencia para prevenir adicciones

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Cuando la psicóloga Nancy Amador Buenabad pregunta a los padres con quienes trabaja, qué les gustaría que cambiara del comportamiento de sus hijos si tuvieran una varita mágica, la mayoría le responde: “Que me hicieran más caso”.

Los problemas de conducta en los niños pueden ir desde ignorar las órdenes de padres y maestros, tomar cosas que no le pertenecen, hasta golpear a otras personas. Si estas conductas no se atienden y se resuelven a tiempo, cuando los niños entran en la adolescencia, los problemas pueden escalar y convertirse en situaciones de riesgo, como el consumo de drogas, explica Nancy Amador, psicóloga e investigadora del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz (INPRFM).

La Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco 2016-2017 señala que 6.2 por ciento de los mexicanos entre 12 y 17 años de edad ha consumido drogas ilegales al menos una vez, y que la mediana de edad de inicio de consumo en el país es a los 17.8 años, es decir que la mitad de las personas que consumen drogas en México ha iniciado antes de los 17.8 años.

Estos datos indican que el momento adecuado para prevenir las conductas adictivas es antes de que los niños entren a la secundaria, comenta Nancy Amador.

Por esta razón, la psicóloga, junto con dos investigadores del instituto, María de Lourdes Gutiérrez López y Jorge Villatoro Velázquez, diseñó y evaluó dos programas de intervención para prevenir, tratar y reducir los problemas de conducta en escolares y evitar que escalen a problemas más graves en la adolescencia.

Los programas CAPAS-MX y Huellitas llevan terapeutas a las escuelas, pero no para trabajar con los niños sino para dar a los padres y a los docentes las herramientas necesarias para que ellos resuelvan y prevengan los problemas de conducta en los pequeños.

Los psicólogos probaron los programas en cuatro escuelas públicas de la Ciudad de México con un experimento aleatorizado: a una escuela se le asignó el programa CAPAS-MX, a otra el de Huellitas, en otra se hicieron las intervenciones de manera conjunta y la cuarta escuela se dejó en lista de espera para tomarla como el grupo sin intervención o grupo control.

Los científicos midieron el número de conductas problemáticas, los niveles de estrés, la sintomatología depresiva, los métodos de disciplina usados y otras variables emocionales y conductuales en niños, padres y docentes antes de la intervención; y volvieron a medir estas variables después de tres y seis meses de que concluyeran los programas.

Los resultados arrojaron que, de manera individual, CAPAS-MX y Huellitas ayudan a mejorar la conducta de los niños y además disminuyen los niveles de estrés y la sintomatología depresiva en padres y docentes. Pero que cuando se aplican en conjunto, la respuesta de niños, padres y docentes es todavía mejor.

“Algo muy importante de estos programas es que su evaluación esté basada en ciencia, pues así como cuando nos tomamos un medicamento y sabemos que es seguro, debemos saber que participar en este tipo de intervenciones es seguro y va a traer un beneficio real”.

CAPAS-MX significa Criando con Amor, Promoviendo Armonía y Superación en México, explica Nancy Amador. El nombre surge de la idea de que los papás son como superhéroes y que se ponen una capa que les ayuda a proteger a sus hijos, la capa de la crianza positiva.

La crianza positiva busca el desarrollo de los niños en entornos positivos, que los guíen y los estimulen sin utilizar la violencia física o emocional. Y para lograrlo lo primero que los padres deben hacer es ponerse “los lentes de lo positivo” y enfocarse en las cosas que sus hijos hacen bien.

“En la sesión inicial les decimos a los padres que se conviertan en detectives y empiecen a ver qué cosas están haciendo bien sus hijos. Pero una semana después, al llegar la siguiente sesión, muchos padres nos dicen: ‘No, no hizo nada bien, se portó súper mal toda la semana’. Entonces al empezar a trabajar con ellos les preguntamos: ‘¿De verdad no hizo nada bien?, ¿nunca recogió su mochila, o nunca se levantó y te dijo buenos días?’”.

La investigadora señala que cuando los padres se enfocan en lo positivo, los niños reciben atención por portarse bien y eso los va estimulando a cooperar.

A los padres también se les recuerda que no es posible esperar perfección ni de sus hijos ni de ellos mismos. Una vez que toman conciencia de esto, se les enseñan cinco elementos básicos de la crianza positiva: el involucramiento positivo, la disciplina efectiva, el desarrollo de nuevas habilidades en los niños, la supervisión y la solución de problemas en familia. Estos elementos se alcanzan con el apoyo de tres herramientas: las buenas instrucciones, la regulación de emociones y la comunicación efectiva.

La Encuesta de Maltrato Infantil y Factores Asociados 2006 reportó que, a nivel nacional, 70 por ciento de las técnicas de disciplina infantil emplea la violencia física o emocional, y que muchas veces los cuidadores no están conscientes de que varias de las prácticas, como decir a los niños que son una carga o que ya no los soportan, en realidad son violentas.

Los padres y los cuidadores que participaron en CAPAS-MX reportaron estar conscientes de que en ocasiones emplean técnicas de disciplina que no son adecuadas. Y aunque dijeron que les gustaría gritar menos a sus hijos o no pegarles, no contaban con las herramientas para hacerlo.

En las encuestas previas a la aplicación de CAPAS-MX, los investigadores encontraron que en el último mes, 75.8 por ciento de los padres había recurrido a la violencia emocional para disciplinar a sus hijos y que 25.8 por ciento había recurrido a la violencia física. Además, en el último año, 97.5 por ciento de los niños había sufrido maltrato emocional, 78.7 por ciento, maltrato físico y 3.3 por ciento, maltrato físico severo.

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