Daredevil descubre que la corrupción alcanza a todos en la policía de NY

La vigente etapa de la colección de Daredevil es una de las mejores inversiones que se pueden hacer ahora dentro del Universo Marvel.
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Panini Comics continúa con sus entregas dobles que nos dejan sin aliento mientras seguimos atentamente el lento camino de Matt Murdock / Daredevil hacia su redención.

El ser humano tiende a idealizar el mundo en el que vive. Medios de comunicación y estamentos públicos gubernamentales de toda índole ofrecen una perspectiva de la realidad muy edulcorada, cubriendo capas y capas de información sensible que de llegar a los ciudadanos podrían tener consecuencias impredecibles a todos los niveles. Podemos catalogar toda esa pléyade de actuaciones como parte de un sistema corrupto que trata de mostrar una cara amable, incluso en momentos trágicos, para hacer más llevadero ese trago amargo que nos toca vivir. Mientras, una gran cantidad de personajes execrables se beneficia del dolor ajeno mediante actividades delictivas, que pueden pertenecer a ese rango criminal propio, o por el contrario ser parte de un sistema que recibe una apariencia legal pero con muchas zonas grises.

Hacer oídos sordos o no querer ser conscientes de esa realidad no quiere decir que no se encuentre presente en diferentes formatos. La privatización de determinados servicios, que antes eran previstos por un Estado son una fuente de ingresos potente para aquellos que se hacen con las concesiones. En España lo encontramos en áreas como la sanidad privada o en las residencias de ancianos de gestión no pública (cuyo número de plazas supera al gestionado por el Estado). En el comic que tenemos ante nuestras narices, y tomando como ejemplo la idiosincrasia americana, esas concesiones son relativas a las cárceles de gestión privada o la plantación legal de marihuana que se está aprobando en diferentes estados de EEUU.

Es el papel que ahora está adquiriendo Wilson Fisk, el anteriormente conocido como Kingpin del crimen organizado. Su elección como alcalde de la ciudad de Nueva York le ha llevado a adquirir una relevancia considerable, como para plantearse dejar atrás sus actividades con drogas ilegales o con protección de establecimientos, para buscar acomodo en aquellas zonas donde la legalidad le ampara, mientras sea capaz de negociar adecuadamente con aquellos que tienen en sus manos la decisión de adjudicarle una licencia exclusiva del ámbito de su interés. Pero es un terreno aparentemente desconocido para aquel acostumbrado a tratar con bajos fondos y no con tiburones de las finanzas.

Mientras, Chip Zdarsky continúa con el regreso a la plenitud de facultades de Daredevil. Es un camino largo y no exento de dureza. El guionista nos está malacostumbrando a no rebajar un ápice el nivel narrativo de la historia. Hablar del hombre sin miedo no hace justicia plena a la actuación de determinados secundarios habituales, muy capaces de mostrar su cara más osada aunque lleven la procesión por dentro. Algo se les habrá pegado de tantos años junto a Matthew Murdock pero la tensión que el guionista nos hace respirar es verdaderamente impagable, con una atmósfera que nos mantiene alerta de forma constante, erizados como un gato mientras pasamos las páginas con devoción.

El dibujo de Marco Checchetto adquiere tintes más oscuros, incluso difuminando la escena. Recuerda muy en la distancia al estilo de Mike Deodato Jr. pero con mucho más dinamismo y limpieza en el trazo. Vemos el sufrimiento en los rostros de los protagonistas, nos hace partícipes del crudo realismo, incluso cuando es miedo lo que apreciamos ante situaciones nuevas. Tenemos a un Matt Murdock que nos recuerda mucho al que ya vimos en la obra de Frank Miller y John Romita Jr, “El hombre sin miedo”. A pesar del paso del tiempo Matt no deja de aprender algo nuevo sobre sí mismo, sobre todo cuando la urgencia apremia.

La colección de Daredevil está siendo una grata sorpresa mes tras mes. Consigue mantener el interés por la historia y poco a poco va situando las piezas sobre el tablero. Algunas ocupan sus lugares habituales mientras otras se tienen que habituar a un nuevo rol. Todo cambia para que termine por permanecer igual pero este Daredevil está llamado a ser recordado durante los años futuros en un lugar preeminente.

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