El documental de HBO que destapa la falsedad de los influencers

En asociación con Consolidated Documentaries, Fake Famous está dirigida, escrita y producida por Nick Bilton; producido por Annabelle Dunne y Mary Recine; producción ejecutiva de Graydon Carter.
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Cuando un adulto me preguntaba de pequeña qué quería ser de mayor, mi respuesta estaba hilada a mi película favorita de turno. Arqueóloga, paleontóloga, bióloga marina o detective fueron algunas de mis profesiones soñadas hasta que tuve edad para darme cuenta que la base de todas ellas era mi amor por el cine. Las películas eran mis influencers y me lancé a la aventura labrándome mi camino como periodista de cine. Sin embargo, los niños de hoy en día tienen otra fuente de inspiración para el futuro: los influencers famosos.

Esas vidas jet-set, de viajes, hoteles, restaurantes, ropa, maquillaje, fiestas y posados idílicos representan un nuevo tipo de fama que ha calado hondo en la mente colectiva de la sociedad actual y según varias encuestas, los niños en edad escolar quieren ser famosos de Instagram o YouTube antes que médico, albañil, astronauta… o periodista de cine (Scientific American, 2012 – Harrs Poll, 2019). Y a raíz de este panorama tan superficial y preocupante parte Fake Famous, el nuevo documental de HBO que desenmascara esa fama falsa y efímera que existe en el universo influencer con su propio experimento.

Y sí, como dice el titular, los asientos de inodoros tienen mucho que ver en esto…

Viendo que existen 40 millones de usuarios en Instagram con más de un millón de seguidores, un ex reportero del New York Times y Vanity Fair llamado Nick Bilton se pregunta: ¿significa entonces que son todos famosos? Así da comienzo este documental de casi hora y media que intenta responder si la fama que muestran los influencers en sus perfiles es real o si se puede falsear. Para conseguirlo realizan un experimento social diseñado en convertir a tres anónimos en famosos influencers a base de invertir en sesiones de fotos que muestren una vida de lujo ficticia, comprando seguidores, likes y comentarios falsos.

Los elegidos son Dominique, Chris y Wylie, tres jóvenes desconocidos escogidos en un casting donde buscaron anónimos que no destacaran por un talento natural que llamara la atención de los usuarios, como el baile o el canto. A través de sesiones de fotos en piscinas, gimnasios, hoteles de mentira y lujos falsos recrean la ilusión que rodea la vida de escaparate que vemos en los perfiles populares de Instagram, mientras compran likes y seguidores para inflar “la fama” del perfil de cada uno.

Al estar filmado en una ciudad tan superficial como Los Angeles, con rincones diseñados para tomarse la selfie perfecta, el documental revela detalles que personas ajenas al mundo influencer jamás biéramos imaginado. Como por ejemplo que existen espacios diseñados específicamente para contratarlos por hora y así tomarse fotos de lujo falsas, como el interior ficticio de un avión privado. O recurrir al asiento de un inodoro para pretender que se trata de la ventanilla de un avión… y voilà haces creer a tus seguidores que estás de viaje.

Sin embargo, a lo largo del experimento, sus creadores van descubriendo el efecto que esta vida falsa va teniendo sobre sus tres participantes. Mientras uno de ellos no logra sentirse cómodo con la idea de vender una vida de mentira y otro se obsesiona con los bots, Dominique triunfa como influencer. Las sesiones de fotos, seguidores, comentarios y likes falsos consiguen su propósito y no solo comienza a conseguir seguidores reales que se creen el famoseo ficticio que enseña, sino que diferentes marcas empiezan a contactarla con la intención de realizar colaboraciones.

Es más, al ser actriz se da cuenta del trato más atento que ahora recibe en los castings e, incluso, consigue trabajos que antes se le resistían. Es decir, el famoseo ficticio funciona.

Fake Famous incluso desvela algunos detalles de lo más reveladores como que “la mayoría de famosos tienen un 60% de usuarios falsos” (mientras recurren a imágenes de Kim Kardashian para ilustrarlo). Sin embargo, al tratarse de un negocio que mueve millones de euros en todo el mundo a nadie le interesa quitarle la careta. Desde las marcas a Wall Street, pasando por los gigantes de la tecnología, los piratas informáticos y las empresas que venden seguidores, aquí todos pillan tajada.

Confieso que Fake Famous también me hizo ver a muchos influencers con ojos diferentes. Resulta revelador ver de primera mano la presión constante con la que conviven por gustar a sus seguidores, por crear contenido personalizado y marcar tendencia, además de la inmensa labor que existe a la hora de conseguir contactos y mantenerse activo.

En resumen, Fake Famous es de esos documentales que merece la pena ver para sacar tus propias conclusiones. Al fin de cuentas, el número de seguidores es la nueva moneda de cambio en esa vida paralela que se vive en redes, pero no se puede ahorrar ni reinvertir, la fama del influencer puede ser tan real como falsa, y quizás tenga sus días contados. Mientras tanto, Dominique ya es “famosa” de Instagram con 340mil seguidores (pero quién sabe cuántos son reales o falsos…)

Eso sí, cuando vea la foto de un influencer observando el horizonte desde la ventana de un avión pensaré dos veces si creérmelo o no. Ya me resulta imposible olvidarme del inodoro…

Fake Famous ya está disponible en HBO.

Con información de la agencia ‘EFE’

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