Juan Albarránlanza el manga ‘Matagi Gunner’

UN CAZADOR RETIRADO ENCUENTRA UNA SALIDA PARA SUS… HABILIDADES.
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Agencias, Ciudad de México.- Para Juan Albarrán, dibujante del manga ‘Matagi Gunner’, el mundo editorial japonés es lo mejor y peor que le ha pasado: “La competencia es tan brutal que hay que darlo todo si quieres sobrevivir”, dice en una entrevista con EFE, coincidiendo con el lanzamiento del cómic en España.

Albarrán atiende a EFE telemáticamente desde su residencia en la ciudad japonesa de Kitakyushu, en el sudoeste del archipiélago, en un hueco de su maratoniana jornada de trabajo y entre compromisos por el estreno de la serie en el marco del evento Manga Barcelona, que se celebra en la capital catalana.

‘Matagi Gunner’, que llega a España de la mano de Norma Editorial, comenzó a publicarse en la revista especializada japonesa ‘Morning’ en mayo de 2022 y es la primera serie original del dibujante, que antes de su salto al manga trabajó durante siete años como entintador en la editorial estadounidense DC.

Albarrán, de 48 años, fue el primer autor extranjero residente fuera de Japón al que ‘Morning’ publicaba. Cuando empezó a trabajar en ‘Matagi Gunner’ (con dibujo suyo y guión del Shoji Fujimoto), vivía en su Barcelona natal. Este año que se mudó al país asiático.

Su vinculación con la industria editorial japonesa comenzó cuando perdió su trabajo en DC a raíz de la pandemia de covid.

Dado que no sabe japonés, optó por buscan trabajo de asistente y durante dos años trabajó con traducción automática para comunicarse con las editoriales y “mangakas” japoneses para los que trabajaba.

La oportunidad de participar en ‘Matagi Gunner’ le llegó cuando su ahora editor le preguntó a uno de los autores, Masamichi Sato, si conocía a alguien adecuado para dibujarlo.

“Los planetas se alinearon de una manera tremenda”, cuenta el dibujante, que asegura que también le tocó “la lotería” cuando, curiosamente, se dio el caso de que su otra editora había vivido en Barcelona y le hizo ilusión la idea de trabajar con alguien de allí.

Una labor extremadamente exigente

Desde que empezó a dibujar ‘Matagi Gunner’, Albarrán asegura que su carga de trabajo se ha triplicado. Su horario maratoniano entraña normalmente jornadas de nueve de la mañana a una de la madrugada, con alguna parada para ir al gimnasio y despejar cuerpo y mente.

Para aligerar la carga de cumplir con tres entregas mensuales y labores adicionales cuenta con tres asistentes, algunos con más de 20 años de experiencia, que han crecido en la obra junto a él. “Con asistentes el cómic es mejor” y eso lo hace “mejor para el lector”, asevera.

La mayor diferencia que aprecia entre la industria editorial japonesa del manga y la de otros mercados es el nivel de exigencia. La obra “tiene que ser lo mejor posible” y para ello, las editoriales “asumen el sacrificio” que implique.

Su paciencia, sobre todo al principio, tenía mayores límites, pero la brutalidad de la competencia en un país donde prácticamente todo se adapta al cómic, y en el que el hecho de que un lector elija tu tomo entre miles “es un milagro”, le hicieron cambiar de prisma.

El hecho de que el negocio japonés del manga se base en regalías y no en el precio por página es otro factor a tener en cuenta, y uno importante para que sea un medio factible de ganarse la vida.

Los japoneses “asumen que el maga es una manera más de entretenimiento a la altura de ver película o leer libros”, señala.

Una premisa inusual

Con el sexto tomo listo para su publicación en enero de 2024 en Japón y los capítulos del séptimo volumen ya en marcha, el dibujante espera ahora con expectación la recepción del público español.

‘Matagi Gunner’ narra la historia de un cazador retirado y viudo que un día encuentra una consola PlayStation en un vertedero ilegal. Cuando logra conectarla, se da cuenta de que sus habilidades como cazador se trasladan a la perfección a los juegos de disparos en primera persona y se convierte en un jugador profesional.

El choque generacional y las particularidades del carácter huraño del protagonista dan pie al humor, explica Albarrán, al que la premisa de la historia le pareció “una genialidad” inusual.

“Empecé como entintador y pensaba que no llegaba al nivel de dibujante, y de repente una cosa terrible como la covid me forzó a reinventarme”, rememora el “mangaka”, que espera que los lectores aprecien el trabajo y cariño invertidos en este trabajo.

Con información de la Agencia EFE

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