La historia detrás de Lois en ‘Malcolm el de en medio’

Antes de ser una madre dura y estricta, Lois era una mujer suave que consentía demasiado a su primer hijo, Francis.
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En los últimos meses, la fiebre por Malcolm el de en medio volvió a surgir en nosotros, lo que ha quedado demostrado en las redes sociales gracias a videos y memes que hacen alusión a las aventuras (¿o desventuras?) de la familia Wilkerson, con la que es tan fácil identificarse. 

Pero de entre todos los personajes de la fabulosa serie de televisión, existe uno a quien queremos mucho, pero también llegamos a respetar y a temer, debido a su dura forma de ser para poder controlar a una familia de cinco hijos que parecen tener una fascinación especial por meterse en problemas. Por supuesto, hablamos de Lois, quien no siempre tuvo un carácter tan fuerte: ¿recuerdas cómo fue que se volvió estricta? Pues aquí te refrescaremos la memoria contándote la historia.

​Así fue como Lois aprendió a controlar a sus hijos 

La historia es relatada en el octavo capítulo de la temporada 6 de Malcolm el de en medio, titulado Lois contra Jamie, en el que la madre se siente incapaz de controlar al quinto de sus hijos, el más pequeño, situación que la lleva a creer que perdió la chispa y que ya no sabe cómo ser una buena madre. 

Lois sabe que en algún momento de su vida, hubo una situación que desencadenó su dureza pero no puede recordar qué fue ni el sentimiento que la orilló a tomar las riendas del control de sus hijos, por lo que ella y Hal llaman a Francis para que los ayude a hacer memoria. 

Por medio de una serie de flashbacks podemos conocer cómo era la vida de los Wilkerson cuando recién se habían casado y sólo habían dado a luz a su primer hijo. Además de vivir en un departamento súper lujoso, se nos muestra a Hal como un padre duro y estricto que constantemente está pidiendo a Lois que aprendiera a gobernar a Francis, quien apenas es un bebé. 

En estos clips podemos darnos cuenta de que Lois era una madre cariñosa y de poco carácter que permitía al pequeño Francis a salirse siempre con la suya al consentirlo demasiado y al creer que si los regañaba, destruiría su autoestima, siempre mal aconsejada por una especie de psicólogo con el que llama por teléfono para pedirle consejo y justificaciones para Hal ante cualquier problema de actitud de su pequeño hijo. 

Sin embargo, todo tiene un límite, y Lois lo conoció gracias al amor que sentía por su pequeño y el temor a que le sucediera algo. Así es, Lois no sólo es dura con sus hijos sólo por serlo, o por querer parecer malvada, sino que todo lo que hace, lo hace para mantenerlos vivos y a salvo. 

Después de una plática intensa con Francis, el ahora adolescente pudo ser capaz de recordar lo que sucedió la primera vez que su madre fue dura con él. Mientras Lois estaba hablando por teléfono con el doctor, el pequeño se dirigió a las estanterías de la cocina, venciendo cualquier medida de seguridad posible y y tomó una botella de combustible y una caja de cerillos, con la que estuvo a punto de prenderle fuego a su osito de peluche y, seguramente, herirse de gravedad. 

Antes de que Francis pudiera prender el cerillo con el que iniciaría un incendio, Lois se percata de lo que está haciendo, y ante el comportamiento extremadamente peligroso de su hijo, cambia por completo en un par de minutos, determinada a hacer lo que sea para mantenerlo a salvo. 

Lois, decidida, camina hacia el pequeño Francis, le quita los cerillos, toma su oso de peluche y enciende la chimenea. Toma el juguete y lo mete al fuego sin importarle o sin sentir dolor con su propia mano, mientras dice a su hijo: 

“El fuego es peligroso. El fuego te hace daño. El fuego te puede matar. Y no dejaré que eso pase. Quiero dejarte algo claro: te amo, y haré todo lo que sea para cuidarte y mantenerte a salvo, feliz y vivo. No me importa si creces detestándome, pero que te quede claro esto: ¡yo haré todo lo que sea para que veas cuánto te amo!” 

El monólogo de Lois termina cuando el oso quedó completamente destruido por el fuego, y, al ver la actitud de su madre, Francis se sienta de inmediato en su silla y se come las papillas que tanto detestaba. Cuando Lois recuerda lo sucedido, recupera su espíritu protector (y mandón) y logra también controlar al pequeño Jamie. 

Mientras tanto, Francis, quien efectivamente terminó detestándola, queda afectado por recordar el trauma de su infancia en el que su madre destruyó su juguete favorito, pero, finalmente, todo fue por su bien, pues Lois logró mantenerlo con vida, a pesar de su rebeldía, y al final de la serie, el hijo mayor de la familia logra tener una vida estable. 

Con información de la agencia ‘Reuters’.

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