Netflix tiene una joya de Taiwán con opciones de llegar a los Óscar

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Que Netflix haga la vista gorda a una joyita cinematográfica es muy extraño. Han promocionado Mank por activa y por pasiva, como hicieron otros años con Roma, Historias de un matrimonio y El irlandés, todas candidatas al Óscar. Y es que el gigante streaming es experto en promocionar y viralizar sus contenidos a base de algoritmos y golpes de tuit, sin embargo no consigo comprender por qué están pasando por alto el hecho de contar con una película candidata a la temporada de premios, y su público ni enterado.

Porque sí, Netflix guarda en su catálogo una película preciosa, con papeletas indiscutibles para entrar en la carrera hacia la estatuilla dorada, pero sus usuarios no tienen ni idea de su existencia. Se titula A Sun (El Sol Que Abraza) y es la representante a los Óscar a la mejor película internacional de Taiwán. Y les aseguro que es una auténtica joyita.

Tras el éxito de Parásitos este mismo año cualquiera pensaría que Netflix aprovecharía el filón de haber adquirido los derechos de una película asiática con opciones de premio y la exprimiría de algún modo. Después de todo la comedia negra surcoreana de Bong Joon-ho hizo historia como la primer película de habla no inglesa en superar a Hollywood y ganar el Óscar a mejor película. Pero no, A Sun llegó a la plataforma pasando completamente desapercibida.

Por un lado, se podría comprender semejante fallo si tenemos en cuenta el inmenso arsenal que tiene Netflix para la próxima temporada de premios. Mank, El juicio de los 7 de Chicago y La madre del blues (estreno el 18 de diciembre) son las más evidentes, mientras algunas lenguas pronostican la sorpresa que podría dar Cielo de medianoche de George Clooney o Da 5 Bloods: hermanos de armas de Spike Lee. Cuenta con tantas producciones disponibles para entrar en la carrera hacia los Óscar que bien podría superar el récord de MGM como el estudio con más nominaciones en una misma ceremonia a mejor película en 85 años de historia (sucedió en 1937 cuando MGM cosechó cinco candidaturas cuando la Academia nominaba a un total de diez al premio más importante). Es decir, que si A Sun se les pasó por alto debido al portafolio rellenito que ya tienen entre manos, podría entenderse. Pero no del todo. Todas las opciones mencionadas son las más evidentes y comerciales, pero nadie les asegura que la Academia les dé cabida (a excepción de Mank que apuesto lo que sea que entrará en las nominaciones). Y ahí tienen una joyita dispuesta a entrar en la categoría de mejor película internacional, y no están haciendo nada.

Ojo, que también podría comprenderse que simplemente estén esperando. La 93 ceremonia de los Óscar se ha retrasado hasta el mes de abril debido a la crisis sanitaria y la falta de estrenos consecuente, pero viendo el éxito de Parásitos, Roma o Black Panther, que cosecharon aplausos durante todo el año previo a la ceremonia ¿por qué esperar?

En el mundo del periodismo cinematográfico esta época del año siempre ha estado marcada por las críticas y predicciones para los Óscar. En mi caso, a estas alturas suelo haber visto prácticamente todas, o la mayoría, de candidatas, dedicando mis días a redactar reportajes especiales sobre la temporada de premios. Pero no en 2020. Aún faltan cinco meses para los premios después de que la Academia optara por retrasarlos de febrero al 25 de abril, y seguramente hablemos más de Mank, de lo efectiva que me pareció Nomadland o lo increíble que está Kate Winslet en Ammonite, más adelante.

Pero tras haber descubierto que la candidata taiwanesa ya estaba en Netflix (¡y desde el mes de enero!) me apresuré a verla. Y el resultado es este artículo, un poco indignada con Netflix porque no nos hizo saber de su existencia y otro poco maravillada con esta obra dirigida por Ching Mong-hong.

A lo largo de sus dos horas y media, A Sun nos habla de las relaciones entre padres e hijos y la presión interna que cargan cuando uno de los descendientes es apresado y enviado a la cárcel juvenil por asistir en un crimen brutal.

Los padres son trabajadores de clase media baja, con recursos mínimos, y con dos hijos. Uno es bondadoso, entregado a la familia y un ejemplo a seguir; el segundo ha caído en amistades complicadas que lo llevan por mal camino. Después de acompañar a un amigo en un acto criminal donde el chico le corta la mano a otro un machete, la familia se desintegra en el silencio. La madre cumpliendo su rol aunque sea al otro lado de las rejas, y el padre avergonzado, alejándose de todo y de todos. Y en el camino aparece nueva vida, tragedias, dolor y resentimiento, para convertirse poco a poco en un canto a la vida familiar precioso.

Si bien A Sun sirve como un reflejo directo de la cultura taiwanesa, con el respeto como arma de cordialidad principal, emociones contenidas y expresadas con miradas y silencios, nos cuenta una historia que atraviesa la pantalla gracias a acentuarse en la normalidad de lo cotidiano. Esta familia podría ser cualquiera y estar en cualquier sitio, y ese torbellino emocional que sus personajes cuecen por dentro se siente y se vive a través de unas actuaciones sublimes, planos inmensos y una música que juega con cada momento de forma efectiva.

A Sun es una película que se cuece lento, que expone sus intenciones sin prisa y a paso firme, y que podría dar mucho de qué hablar en los próximos meses. Ha recibido el aplauso unánime de la crítica desde que comenzara su andadura por festivales del mundo en 2019, ha sido elegida como una de las mejores películas de la década que no tenían distribución en EEUU por Variety, ganó el Golden Horse a la mejor película -el equivalente taiwanés de los Óscar- y es la representante de su país que se verá las caras con nuestra La trinchera infinita cuando la Academia escoja a las candidatas al Óscar a mejor película internacional,

Así que ya lo sabes. Netflix no le está haciendo bombo, pero aquí se lo hacemos nosotros. Una pieza cinematográfica bellísima.

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