Sarco, el dispositivo para suicidio asistido

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Sarco (abreviación de sarcófago) es un dispositivo imprimible en 3Dinventado por el médico australiano Philip Nitschkey el ingeniero alemán Alexander Bannink, cuyo propósito es proveer a quien lo desee una muerte por hipoxia (estado de un organismo sometido a un nivel bajo de oxígeno). El método de suicidio asistido se basa en la muerte a causa de asfixia por nitrógeno, un gas inerte no tóxico de conocidos efectos narcóticos cuando es inhalado en presión elevada.

La masa atmosférica de la Tierra está compuesta por 78 por ciento de nitrógeno y 21 por ciento de oxígeno; en concentración, los siguen el argón, el dióxido de carbono y el vapor de agua; el nitrógeno es el más abundante de los gases atmosféricos. El nitrógeno no se involucra en el metabolismo humano; en aguas y suelos, puede encontrarse en forma de nitratos y nitritos; en el cuerpo humano, es un elemento constituyente de los aminoácidos y, por ende, de las proteínas y los ácidos nucleicos (ADN y ARN).

El nitrógeno, al igual que el argón, el metano, el propano y el dióxido de carbono, es considerado un gas asfixiante, es decir, un gas no tóxico o mínimamente tóxico que reduce o desplaza la concentración normal de oxígeno en el aire respirable.

La reducción del oxígeno atmosférico a menos del 25 por ciento del valor normal puede llevar a la pérdida del conocimiento y la muerte en cuestión de minutos. No hay hallazgos específicos durante las autopsias, salvo los signos de asfixia asfixia profunda.

No es el nitrógeno usado por Sarco lo que en sí causa la muerte, sino la falta de oxígeno.

Muerte vía asfixia por nitrógeno, gas inerte no tóxico de efectos narcóticos en presión elevada.

Cuando se respira nitrógeno puro, el contenido de oxígeno alveolar del aire previamente respirado disminuye muy rápidamente. La respiración de nitrógeno puro conduce a la situación en la que un número aún menor de moléculas de oxígeno pasan a través de las membranas alveolar-capilares en los pulmones; por lo tanto, la sangre capilar está menos saturada de oxígeno. Después de algunas respiraciones, los espacios alveolares se llenan completamente de nitrógeno puro y, entonces, se desarrolla la asfixia fatal.

De acuerdo con Nitschke, “Una muerte vía Sarco es indolora. No hay asfixia, sensación de asfixia o ‘hambre de aire’, ya que el usuario respira fácilmente en un ambiente con poco oxígeno. La sensación es de bienestar y de intoxicación.

Sarco incluye un ataúd desmontable (cápsula) y una conexión para un contenedor de nitrógeno; en 2019 los planos para la impresión en 3D de la cápsula estarán disponibles gratuitamente en Internet.

El dispositivo puede ensamblarse en cualquier lugar a fin de “permitir que una persona muera tranquilamente” en el lugar de su elección, destaca el inventor de Sarco y fundador de Exit International, organización sin fines de lucro defensora de la legalización de la eutanasia voluntaria y el suicidio asistido.

Ahora bien, desde el punto de vista fisiológico, el cerebro depende del oxígeno para funcionar; cuando se pone en ambientes con bajos niveles de oxígeno, el cuerpo comienza a apagarse lentamente, lo que produce confusión, aumento del ritmo cardíacorespiración aceleradafalta de alientosudoración y sibilancias (sonidos agudos al paso del aire por los conductos respiratorios, debido a un estrechamiento bronquial).

Quien desee acceder al dispositivo imprimible en 3D para suicidio asistido diseñado por el australiano y el alemán deberá pasar por un proceso que inicia en línea, con una prueba orientada a evaluar el estado mental del postulante; si pasa, recibe un código de acceso a un dispositivo Sarco (con 24 horas de validez); tras ingresar el código y dar una confirmación adicional, al presionar un botón se libera nitrógeno líquido en el generador, se reduce así rápidamente el nivel de oxígeno en la cápsula-ataúd; en un minuto el usuario pierde la conciencia y la muerte llega en minutos.

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