The Sexy Brutale el juego que te obliga a cometer errores
Pero, antes de entrar en detalles, pongámonos en contexto. The Sexy Brutale es una obra de puzles en la que la acción transcurre a lo largo de unas cuantas horas dentro del juego. En estas horas permanecemos encerrados en una enorme mansión en la que se lleva a cabo una fiesta de disfraces.
Sin embargo, con el tiempo aprendemos que todo sale mal, la mansión está maldita y todos los invitados de la fiesta están destinados a morir de una u otra forma. Pero hay una última esperanza, nosotros, que por gracia o desgracia estamos condenados a repetir estas terribles horas hasta el fin.
De esta forma, The Sexy Brutale nos pone en una situación en la que debemos salvar a todos los asistentes uno por uno, cambiando ciertos detalles que los rodean y que son claves para su trágico desenlace. Dada nuestra condición de repetir incansablemente las mismas horas, nuestra misión se basa en espiar a los diferentes asistentes y estar atentos a lo que les rodea para conocer exactamente sus movimientos, los de sus asesinos y los objetos clave para, eventualmente, poder detener todo lo que conduce a la muerte de los personajes.
Por las propias premisas del videojuego, el fracaso se pone desde el principio como algo que está presente, que no afecta negativamente y que incluso resulta necesario para progresar. Cada día en esta mansión empieza de 0 y eso hace que tanto el éxito como el fracaso conduzcan prácticamente al mismo sitio: a volver a empezar el día par tratar de salvar a uno de los invitados. En este sentido, la forma en la que The Sexy Brutale trata el fracaso es estupenda y consigue que la obra no resulte frustrante en ningún momento.
Pero este título va incluso más allá y nos obliga a fracasar. Para poder salvar a cada invitado debemos saber, en primer lugar cómo, cuándo y dónde muere, y eso es al menos un intento fallido. Una vez sabemos esto, debemos explorar su alrededor para saber quién y cómo orquesta su funesto desenlace, y eso implica otro intento fallido más.
Y cuando tenemos claro cómo ocurre todo, debemos darle vueltas a la situación y probar diferentes alternativas hasta dar con la solución al tétrico puzle que permita mantener con vida al personaje que hemos estado espiando. Y todo ello implica que hemos fracasado muchas veces con cada uno de los invitados a los que tenemos que salvar.
Cada fracaso es un paso adelante. Nunca te acostarás sin saber algo nuevo, dicen, y The Sexy Brutale lo aplica al pie de la letra. Cada nuevo día en la mansión es una oportunidad para aprender acerca de los invitados a los que debemos salvar.
Nada de mensajes de derrota por pantalla, fracasar es natural, está bien y es necesario para aprender. Y eso es lo mejor que nos enseña The Sexy Brutale en medio de su sobresaliente conjunto.